Si tan solo pudiera gritar y decir cómo me siento en estos
momentos, solo quisiera seguir llorando…
En esta vida nos encontramos con mil personas, nos llevamos
bien, compartimos risas, recuerdos, anécdotas que más puedo decir, compartimos
vida.
Tenías ese rostro angelical, desde la primera vez que te
conocí pude sentir tu alma, tengo esas intuiciones que nunca me fallan pero por
miedo siempre me las guardo, mira que no me equivoque contigo.
Eras igual a mí, juro que lo eras, tan sereno que calmabas
mis ansías, tratabas de cantar y calmar mis melodías apresuradas, desde que te
vi, dije que amaba tu forma de ver la vida, tan simple, tan feliz, tan tú.
Arturo era tu nombre, perfecto quizás, si no necesitaba
nada solo seguir conociéndote, tus 25 años me hacían verte interesante, profesional,
espectacular, siempre con sabios consejos y siempre claro con lo que quería,
todo un caballero de pies a cabeza, jamás callaste es más siempre hacías ruido
en mi corazón cuando te tenía cerca.
Es esta vida loca, desdichada que no me dejo bailar contigo
aquella noche del 27 de este mes, me decías baila conmigo y disfruta como si
fuera el ultimo, olvida todo y toma de mi mano y entre risas y risas negué ese
baile que mis nervios terminaron de arruinar…
Porque te tuviste que ir tan pronto? Sobre todo sin avisar...
Encajabas mis sentidos, mis latidos, encajabas todos mis
años perdidos, me enseñaste que el amor puro viene sin avisar, así despacio,
así silencioso…
Recuerdo aquella vez en esa terraza conversando de la vida y
tú poniendo una canción que pensarías que me gustaba, cantabas y solo atinaba a
ver como tus ojos resaltaban con esos foquitos amarillos amarrados de esquina a
esquina, como tu barba se me hacía sensual y tu boca me provocaba a besarla sin
parar, pero otra vez falle, mis nervios lo arruinaron y maldigo el momento en
que no hice todo eso contigo, un sentimiento mutuo y puro que me hace llorar de
impotencia…
No tengo palabras para expresar este gran vacío que dejas en
mí.
Fuiste el único que escuchaba mis atolondradas historias,
que me aconsejaba para que nadie me hiciera daño porque no lo soportarías, mil
años teniéndote cerca y yo sin poder hacer nada por el miedo a fracasar,
trataste de confesar tu amor por mí pero yo estaba en otra dimensión que no
podía creer ese sueño hecho realidad, Arturo porque te vas sin despedir…
Que voy hacer sin ti ahora? Que voy hacer sin tus abrazos
confortadores, sin tus consejos, sin tus caminatas, sin tus bailes, sin tus
cantos, sin todos los años vividos, sin ti…
Recuerdo verte caminar por esas calles de barranco saltando
y riendo como loco, estabas con esa chompa abstracta que me encantaba, tan
hermoso, tan tú, no podía contenerme frente a ti, tomabas de mis manos y decías
“porque eres tan hermosa amiga mía, te adoro”, porque te han hecho tanto daño,
porque eres tan autentica, eres mi ángel, maldición tengo un nudo en la garganta
y no puedo contenerme, exijo un encuentro…
Como puede ser la vida tan injusta, necesito seguir
escuchando tu melodiosa voz, necesito ese último abrazo y necesito contarte que
ahora sufro por ese amor que jamás te confesé, necesito gritar porque ya no
estás conmigo, ando muerta en vida…
Vivo porque debo vivir.
Perdóname por no
estar en estos momentos contigo, pero no soporto la idea que ahora ya no estés
conmigo compartiendo esta hermosa luna.
Perdóname porque para mí esto no es un adiós es un hasta
luego, perdóname porque sé que no te gusta verme llorar, perdóname por esas veces que te hice renegar, reír,
llorar, nunca soltaste mi mano porque siempre confiaste en mí, siempre decías
que sería grande, siempre decías que mi alma era tan pura como la tuya y ahora
lo creo porque Dios te quiere como ángel…
Juro que estarás conmigo a donde vaya, siempre habrá alguna ocurrencia,
alguna canción que me identifique contigo, TE amo tanto que pediría un día
entero contigo en el cielo!
Hasta pronto Arturo, te has llevado mi alma contigo…