sábado, 10 de enero de 2015

PIÉNSALO.

Tenía un vaso de wisky, fumaba el cigarro más caro, apuesto y muy inteligente…
Pregunto mi nombre en aquel bar y le dijo al mesero que me trajera un trago

Sorprendida pregunte por me traía un  trago de más y este respondió que el caballero de la izquierda me lo invitaba.
Lo quede mirando y le hice una seña de que no podía aceptar, él se acercaba de a pocos y cada paso que daba era de elegancia, me miro como todo un seductor y mi mirada lo denudaba al caminar.
Me pregunto si podía sentarse en mi mesa, le pregunte si lo conocía y él respondió que me había visto en una fiesta todos los jueves por la noche.
Me dijo quiero que sepas que me gusta tus ojos, tu forma de caminar, tus labios y tu forma de hablar, no sé si eso era un halago pero le dije muchas gracias por compromiso, él me preguntaba a cada segundo porque siempre los jueves iba aquel lugar y que era todo una casualidad encontrarnos de nuevo, quería coquetearme a simple vista.
Muy apuesto, el típico chico  que me suele gustar, alto, ojos pardos, su barba me encanta,  su voz, tiene 25 años y acabo la carrera de abogado, todo formado y muy bien portado, me sorprendía en el momento de dialogar, su sonrisa era perfecta y sus ojos ¡Dios que ojos!
Tragos iban, tragos van…que noche, la primera vez entre muchas, me robaba besos y se deslizaba hasta hacerme enloquecer, nos volvimos a ver mil veces más y cada vez que lo veía solo quería devorar su piel.
No me digas que quieres ser algo más que lo arruinarías, no puedo amarte pero si quiero tenerte
Me encantas hasta más allá del infinito pero no me digas que quieres quedarte porque lo ARRUINARÍAS.